Marrakech, la Ciudad roja.

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Así le llaman a Marrakech , la ciudad roja y para nada se han equivocado al denominarla así. Creo que cada ciudad que he visitado de Marruecos tiene un color distinto y especial que las caracteriza y Marrakech, lo tiene, tiene ese mezcla de color rojo del adobe.

Fuimos allí hace unos meses y la verdad que el viaje hacia Marrakech desde Ceuta ( que nunca he dicho que es la ciudad donde nací y donde vivo), fue muy cómodo, son aproximadamente unas seis horas de viaje, para hacer los 632 km de autopista que separan ambas ciudades.

Siempre que viajamos a Marruecos, nos gusta alojarnos en un Riad. Si os preguntáis que son, os diré que un “Riad» es un tipo de alojamiento muy común en es Marruecos,  son casas antiguas, generalmente situadas en la Medina, que han sido rehabilitadas para el alojamiento y que cuentan con aproximadamente cinco o seis habitaciones, decoradas con muchísimo encanto y  cada una de una manera distinta.

Si nunca os habéis alojado en un Riad, os lo recomiendo, porque os sorprenderá lo bonitos que son, lo cómodo y bien atendidos que estaréis y es una alternativa a los típicos hoteles a los que todos estamos acostumbrados.

Aquí en Marrakech nos alojamos en el “Riad Dar Ourika”, precioso Riad, donde cada rincón era un encanto, aquí os dejo el enlace a su pagina y si alguna vez venís a esta Ciudad o a alguna de las Ciudades de Marruecos, no dudéis en alojaros en un Riad, que aseguro que os encantará

http://dar-ourika-ma.book.direct/

Pues bien, el día que llegamos a Marrakech,  nos cayó el diluvio universal, jamás pensábamos que esta ciudad nos recibiría con esa lluvia, no es lógico que llueva de aquella forma allí, pero bueno … aquella vez tocó que el cielo se volviera gris y nos recibiera de ese color.

Encontrar el Riad no nos fue difícil, preguntando conseguimos llegar a nuestro alojamiento que estaba situado en plena Medina de Marrakech.

Andar por la Medina de Marrakech ( declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad), al principio te asusta un poco, infinidad de calles aparentemente iguales que te despistan y no sabes cómo seguir, pero enseguida si te relajas y te dejas llevar por tus pies, descubriendo cada rincón y perdiéndote entre sus callecitas, descubrirás que es un autentico placer caminar sin rumbo por este lugar, porque a cada paso que das, te vas encontrando con  infinidad de pequeñas tiendas artesanas, llenas de colores, infinidad de puestos de venta de cuero, de forja, de abalorios, cachimbas y miles de cosas más.  Descubrirás todo tipo de artesanos de piel, de alfombras de tapices y todo aquello que quieras encontrar seguro que lo encuentras en la Medina.

Caminando por la Medina, llegas a encontrarte con una zona que a mi personalmente me llamo muchísimo la atención: la zona de los vendedores de encurtidos y especias. Allí te encontrabas todos los puestos de aceitunas que pudieras imaginar. Aceitunas de mil clases, de formas distintas y envasadas de todas las maneras.. Todos estos puestos están perfectamente distribuidos haciendo una especie de plaza circular, que se llena de color por los tonos de las especias, hierbas  y encurtidos.

Si sigues dejándote llevar y continúas caminando, aparece ante tus ojos una de las plazas mas famosa  de Marrakech, la “Plaza Djemaa El Fna», centro de la vida publica de Marrakech y abarrotado de gente tanto de día como de noche.

Esta plaza a medida que va transcurriendo el día va cambiando y llenándose de todo tipo de gente, grupos de música folclórica, mujeres que pintan con Henna, encantadores de serpientes, domadores de monos y ¡hasta dentistas! si habéis leído bien, dentistas que por poco dinero te “arreglan” la boca.

Cuando va cayendo la noche, la plaza va transformando y comienza a llenarse de puestos de comida para cenar y de espectáculos callejeros a cual mas pintoresco.

El problema de la Plaza Diemaa El Fna, para quien le guste hacer fotos, es precisamente hacerlas. Cuando observan  que tienes una cámara fotográfica, todo el mundo se te acerca a pedirte dinero por una foto, con lo que llega un momento que te puedes agobiar, pero bueno también esto esta incluido en lo típico de esta Ciudad y  se solucionan a veces pidiendo permiso y otras veces con disimulo pero seguro que alguna foto curiosa te llevas de esta famosa Plaza.

Nosotros todas las tardes acabábamos en la Plaza Djemaa, por la mañana lo dedicábamos a recorrer las callejuelas de la Medina e ir a visitar los monumentos que habíamos señalado en nuestra ruta y que no podíamos irnos de allí sin verlos, entre ellos:

El palacio de la bahía http://www.palais-bahia.com/

El minarete de la Mezquita Koutoubia

La Madraza Ben Youseff http://www.medersa-ben-youssef.com/

Jardines de la Menara http://www.jardin-menara.com/

Los Jardines Majorelle ( propiedad de Ives Saint Laurent) y que cuentan con infinidad de plantas de todo tipo

http://www.jardinmajorelle.com/

Por la tarde noche volvíamos a la Plaza, porque conforme iba avanzando la tarde era muy curioso andar por allí y ver una de las puestas de sol mas bonitas que he visto, aunque lamentablemente pocas fotos de esa puesta de sol pude hacer porque cuando llegamos a ella, conseguir un lugar donde colocar la cámara al estar todo llenísimo de gente, fue bastante difícil.

No se me puede olvidar que en esta plaza es donde me he  tomado los mejores zumos de naranja que he probado en mi vida y en los puestos ambulantes de comida es donde he cenado mejor, aparte de cenar muy buena comida, fue muy barato y sobre todo muy divertido.

Os preguntaréis cómo pudimos movernos por todos estos sitios y  os diré que teníamos dos opciones ir en coche de caballos o ir en taxi. Y bueno como somos muy valientes ( sobre todo por lo del taxi) utilizamos las dos y os recomiendo que lo probéis , porque es todo una experiencia, pasear por las calles de Marrakech en coche de caballos y sobre todo cuando fuimos en taxi, si que fue una experiencia lidiar con el autentico caos automovilístico de esta ciudad, donde tienen sus propias normas de circulación.

Siempre que viajo de alguna ciudad de Marruecos, siempre digo lo mismo… volveré porque aunque me traje miles de fotos, pienso que se me quedaron muchas sin hacer.

Yo sin duda os recomiendo que vayáis a Marrakech,  a esta ciudad roja, porque allí, a cada paso que deis,  sentiréis que estáis en un sitio único y  viviendo algo único.

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